Construyendo al líder

En 2018, Rolando Figueroa se preparaba para disputar la interna por la candidatura a gobernador del Movimiento Popular Neuquino. En nuestra primera reunión, aún no tenía definido el enfoque de su campaña y nos encomendó la construcción de su imagen. El desafío era claro: diseñar una identidad visual sólida que reflejara su liderazgo y conectara con la gente.
El punto de partida fue su nombre. Destacamos la "R" y la convertimos en un símbolo distintivo, encerrándola en un círculo y transformándola en una especie de marca registrada. Este ícono no solo representaba su personalidad fuerte y decidida, sino que también funcionaba como un sello de pertenencia: cada candidato de su espacio llevaba la insignia, reforzando la idea de un equipo liderado por él.
La estrategia visual se fundamentó en dos conceptos clave: liderazgo y cercanía. En todas las fotografías, Rolo era el centro de la escena, rodeado de personas en disposición satelital. La proximidad con la gente era evidente, y un detalle fundamental: siempre había contacto físico, sus manos aparecían en cada toma, reforzando la idea de conexión y empatía.
Optamos por imágenes al aire libre y en plena luz del día, con amplios fondos de cielo, transmitiendo transparencia y apertura. Nunca posaba directamente para la cámara; en cambio, miraba a las personas, las escuchaba, se interesaba por sus historias. Su expresión era clave: una sonrisa sincera, reflejando optimismo y visión de futuro. La cámara, en este caso, no era un espectador distante, sino un participante más en la conversación.
Aunque la campaña no logró el resultado esperado, sentó las bases para el futuro. La identidad construida en 2018 no solo fortaleció su imagen, sino que también fue el primer paso hacia lo que, años más tarde, lo llevaría a la gobernación de Neuquén.
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